¿Es posible divulgar ciencia desde las aulas?
Divulgando ciencia con trabajos de clase
Manolo, Emilio, Óscar y Antonio
Enseñanza y divulgación de las ciencias
La divulgación científica y la enseñanza de las ciencias comparten algunos objetivos comunes a la vez que presentan aspectos claramente diferenciadores. En ambos casos se trata de transmitir contenidos científicos de una manera clara, precisa y comprensible. Cuando se trata de la primera el público accede a esa información de manera voluntaria, por interés en el tema y sin que se vea sometido tanto a la obligatoriedad como al proceso de evaluación de los conocimientos adquiridos que caracterizan el proceso formal de enseñanza y aprendizaje propio de los centros escolares. Y probablemente esto explique que haya un público entusiasta del conocimiento científico mientras que son las materias de ciencias las que más dificultades suelen presentar dentro del ámbito escolar.
La divulgación científica supone mostrar conocimientos para un público sin formación científica previa, o que teniéndola, es en un ámbito distinto al que se trata usar formas variadas de comunicación, interrelacionar conceptos, usar metáforas y analogías para explicar conceptos complicados y, por qué no, añadir una buena dosis de humor que haga el aprendizaje agradable. Lo que se cuenta debe ser interesante y atractivo. Y todo ello sin prescindir del rigor que caracteriza a la ciencia. Son todos estos elementos poco presentes en los sistemas de enseñanza aprendizaje de las ciencias en los centros educativos y que indudablemente deberían ser tenidos en consideración en aras a conseguir un acercamiento del alumnado a las disciplinas científicas.
Un instrumento habitual de evaluación en la enseñanza tanto de las ciencias como de otras disciplinas es la realización de trabajos por parte del alumnado. En la mayoría de los casos se trata de trabajos puramente bibliográficos que los estudiantes resuelven buscando información bien en libros especializados o, lo que en la actualidad es más frecuente, en Internet. Normalmente, los trabajos se limitan, pues, a recopilar información de internet, cambiarle el formato y adaptarlo a las normas del trabajo planteado.
La lectura de los mismos pone de manifiesto que en no pocos casos el alumnado competente, en un afán de hacer un buen trabajo complica innecesariamente el mismo incluyendo conceptos que incluso escapan de su comprensión. En el polo opuesto hay trabajos que únicamente responden a un proceso de cortado y pegado a partir de los datos que se encuentran en internet. Para una mejor valoración del grado de comprensión que el alumnado tiene del tema trabajado se le puede pedir hacer una exposición pública del mismo, normalmente apoyado en la presentación informática correspondiente. En este caso será necesario un mayor esfuerzo de comprensión ya que exponer un tema a un público requiere, al menos teóricamente, un mayor entendimiento del mismo; aunque también la práctica docente permite constatar cómo se exponen conceptos aprendidos de memoria que difícilmente resisten una análisis más profundo de los mismos.
En párrafos anteriores se sugería aprovechar los principios de la divulgación científica para mejorar la tarea docente en el proceso de enseñanza aprendizaje de las ciencias. Pero, ¿sería posible aprovechar también estos principios para mejorar los trabajos del alumnado?
En el marco de la Semana de la Ciencia del IES Zaidín Vergeles y del programa Ciencia BaSe de la Estación Experimental del Zaidín se ha planteado una actividad que ha demostrado que sí es posible. Se ha convocado un concurso de divulgación científica para el alumnado, en el que se han presentado trabajos en dos modalidades: microdocumental y podcast de radio. Esta actividad se ha acompañado de varias sesiones en las que expertos han mostrado al alumnado cómo se hace divulgación científica.
Desarrollo de la experiencia
Se ofreció al alumnado la posibilidad de participar en un concurso de divulgación científica bajo dos modalidades, microdocumentales y podcasts científicos. La extensión debía ser inferior a los 8-10 minutos y la técnica emplear era libre. En la convocatoria se incluían, a modo de ejemplo, varias web especializadas en divulgación científica en las que se podían ver trabajos de estas características. Para la realización utilizaron sus propios recursos (cámaras digitales, móviles) así como el software de edición que tuvieron a su alcance. Finalmente se presentaron un total de 19 microdocumentales y 4 podcasts.
Una vez realizados los trabajos, los estudiantes participaron en diversas actividades. La primera de ellas consistió en una charla impartida por Oscar Huertas Rosales (Laniakea Management & Communication S.L.) en la que bajo el título Despacito, súbeme la radio, no te puedes olvidar, se explicaron cuáles son las características de los trabajos de divulgación científica y se desgranaron los elementos necesarios para que los jóvenes hicieran divulgación científica con sus trabajos. Entre estos elementos están la necesidad de documentarse adecuadamente o el uso del tiempo necesario para llevarlos a buen fin. También comentó las características de los distintos medios de comunicación y mostró diversos proyectos de divulgación en los que participaba.
Para la segunda sesión de trabajo se seleccionaron cuatro trabajos, tres microdocumentales y un podcast de radio, cuyas temáticas fuesen próximas a las líneas de investigación que se desarrollan en los dos centros del CSIC próximos al instituto, la Estación Experimental del Zaidín y el Instituto de Astrofísica de Andalucía. En dicha sesión, impartida por Manuel Espinosa (EEZ) y Emilio J. García (IAA) se procedió al visionado y audición de los trabajos, a su análisis y al estudio de los aspectos que los mejorarían desde la perspectiva de la divulgación científica.
Respecto a los trabajos seleccionados, dos de los microdocumentales fueron realizados por dos grupos de estudiantes de primero de ESO. En estos casos los temas fueron sugeridos por el profesor de la materia al alumnado puesto que se planteó que los trabajos tuviesen una fase a realizar en el laboratorio con experimentos sencillos. Los temas elegidos fueron Las bacterias y El polen. En ambos casos la grabación y el montaje del microdocumental corrió por parte del alumnado.
El trabajo sobre bacterias intentó responder a dos preguntas: dónde se encuentran las bacterias y si estos microorganismos son buenos o malos. En la fase experimental, los jóvenes tomaron muestras de diversas procedencias (tierra del huerto escolar, mucosa bucal, dedos, estornudo y el pomo de una puerta) para comprobar por sí mismos la ubicuidad de las bacterias; se sembraron en placas de Petri y se incubaron para observar el posterior desarrollo de las colonias. En paralelo se hicieron entrevistas, por un lado a distintas personas sin formación en microbiología; por otro a la profesora que imparte microbiología en el ciclo formativo
de Laboratorio de Análisis y Control de Calidad, Amparo Núñez. Los autores de este trabajo fueron Alberto del Castillo, Andrea López, Alicia Muñoz y Pablo Torres.
En el trabajo sobre el polen también tuvo un doble enfoque; por un lado se centró en la importancia que tiene como elemento desencadenante de las alergias mientras por otro se describió la función que desempeña en la naturaleza. Igualmente hubo una parte experimental en la que el alumnado aprendió a obtener polen de las flores y a prepararlo para su observación al microscopio y una parte de entrevistas donde distintas personas hablaban de sus alergias a la vez que un grupo de estudiantes de cursos superiores describían la función del polen en la naturaleza. Fue realizado por Miguel Molina, Ainhoa Moreno, Rosa Vacas y Julia Vida.
El tema elegido para el tercer microdocumental fue Cometas y concretamente la importancia de la sonda Rosetta en el conocimiento de los mismos. Tras documentarse previamente, el formato por el que se optó fue la entrevista, que concedió Emilio J. García, del Instituto de Astrofísica de Andalucía. Los autores fueron Francisco Alejandro Álvarez, Cristóbal Balderas, David Cañego y Antonio José García, estudiantes de tercero de ESO.
Alba García, Pedro Cano, Ana Sánchez y Jesús Salvador, alumnos de primero de bachillerato, optaron por la realización de un podcast. La elección del formato vino motivada por la participación de las dos chicas en el curso de podcasts científicos organizado por el Instituto de Astrofísica de Andalucía durante el curso previo. La elección del tema, Avances de la Genética, vino determinada por la noticia de que una mujer de 65 años había sido madre con ayuda de estas técnicas. Para evitar una exposición fría el grupo decidió preparar una conversación cotidiana en un entorno habitual, una cafetería. Conversarían dos de los participantes mientras que
el tercero aportaría detalles más científicos con una voz en off, en este caso apoyada por una música suave.
Cómo mejorar los trabajos presentados
Del análisis de los trabajos realizados por el alumnado se han podido extraer una serie de recomendaciones útiles para la elaboración de trabajos de divulgación científica. Es muy importante tener claro el mensaje que se quiere expresar; se hace necesario planificar una buena historia o un buen guión con una estructura circular; una historia con un planteamiento inicial, un desarrollo adecuado llevado a cabo con ideas simples y fácilmente comprensibles y una conclusión que cierre completamente el círculo. Y esto no implica necesariamente trabajos de gran extensión, sino más bien al contrario, brevedad y concreción son aspectos a valorar.
En el caso de entrevistas es necesario planificar bien las preguntas que se van a hacer y dotarlas de un hilo argumental; no es recomendable poner un texto con la pregunta que se quiera plantear y reiterarla oralmente; se puede pedir al entrevistado que la contextualice y que se integre dentro de una exposición más general.
Con respecto a cuestiones técnicas, los planos que contengan entrevistas no han de ser estáticos; hay que incluir encuadres diferentes, cambios de plano, intercalar imágenes que ilustren lo que se va contando. Los participantes no deben mirar directamente a la cámara, sino al entrevistador y colocarse en una posición ligeramente desplazada con respecto al centro de la imagen. El plano más adecuado es el plano cintura.
No se debe abusar ni de las tipografías ni de los efectos; como máximo utilizar un par de tipos de rótulos que resulten efectivos; es recomendable evitar el exceso de efectos que desvíen la atención de lo verdaderamente importante que es el mensaje.
Algunos de los trabajos estudiados se han montado con aplicaciones informáticas de prueba, lo que ha llevado consigo que los videos lleven marcas de agua que impiden verlos apropiadamente. En este sentido sería importante tener una buena herramienta de edición; las hay gratuitas, como Windows Movie Maker o Pitivi (para Linux).
Se deben incluir créditos para las imágenes y videos utilizados y evitar utilizar materiales con derechos de autor. Con respecto a la música hay webs que ofrecen canciones libres de derechos que se pueden utilizar con fines no lucrativos citando al autor.
En el caso de los podcasts, hay que plantearlos pensado en que van a ser escuchados. Hay que estimular la imaginación del oyente de manera que pueda ver lo que está oyendo y para esto pueden ser necesarios efectos sonoros. El lenguaje ha de ser lacónico, es decir, la expresión debe ser breve, concisa, con la palabras justas pero con una cierta dosis de ingenio. Es válido el concepto de menos es más: hay que evitar párrafos demasiado científicos y hacer los conceptos sencillos, aunque en equilibrio con el necesario rigor científico. Los diálogos no deben ser forzados y se debe reducir al máximo el uso de tecnicismos pues se trata de trabajos de divulgación que deben estar adaptados para todos los públicos. Por último es necesario locutar bien, hablar con la cadencia adecuada, incluso exagerando los giros y las expresiones.
¿Es posible divulgar ciencia con un trabajo de clase?
La experiencia descrita en los párrafos anteriores pone de manifiesto que el alumnado puede realizar trabajos de divulgación científica. En lo que es la práctica docente este puede ser un elemento motivador importante aunque requerirá cambios en los principios que rigen la elaboración de los trabajos.
En primer lugar, el principal receptor de los trabajos de clase es el profesor de la materia que es quien lo va a corregir, o el alumnado en el caso de que se hagan exposiciones públicas. Un trabajo de divulgación científica se construye sobre la base de que va dirigido a una amplia variedad de público con distintas capacidades y distintos niveles de formación. Esto no implica reducir los contenidos de estos trabajos, más bien todo lo contrario. Realizar un trabajo de divulgación requiere como mínimo el mismo grado de documentación pero a la vez profundizar en la forma de exponer sus contenidos de manera que atraigan la atención del receptor y lleguen lo suficientemente claros como para facilitar su comprensión.
Todo esto implica modificar o cambiar la forma en la que se presenten los trabajos. Es necesario pasar del clásico trabajo escrito, que incluso podría ser válido dotándole de la estructura de un texto escrito propio de una revista de divulgación, a nuevos formatos como pueden ser microdocumentales, podcast, comics, etc. El uso de estos implica además que los jóvenes adquieran nuevas competencias a nivel de comunicación, de uso de aplicaciones informáticas, creación artística, etc.
Y un último aspecto importante es la difusión de estos trabajos. Si se quedan en el entorno de la clase van a llegar a un número muy reducido de receptores. Estos trabajos pueden llegar a la sociedad y esto es factible hoy día a través de páginas web, blogs, redes sociales, etc. que perfectamente se pueden gestionar desde el aula. Como vemos, que nuestros estudiantes divulguen ciencia no solo no es imposible, es algo muy recomendable para su formación tanto científica como personal.